sábado, 12 de mayo de 2012

Tercera escala: "Sistema educativo romano"

ÉPOCA ANTIGUA (hasta el siglo II a. C.).

En esta época antigua de la historia de Roma, la educación de los muchachos se limitaba a la preparación que podía darle su padre. Se trataba de una educación de campesinos, basada fundamentalmente en el respeto a las costumbres de los antepasados (mos maiorum). Desde la más tierna infancia se les enseñaba que la familia de la cual eran miembros constituía una auténtica unidad social y religiosa, cuyos poderes estaban todos concentrados en la cabeza, en el paterfamilias, que era el propietario de todo, con derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de la familia.

Hasta los siete años era la madre la encargada de la educación de los hijos. La madre es la maestra en casa. Ejerce, pues, un papel de suma importancia: no se limita sólo a dar a luz al hijo, sino que luego continúa su obra cuidándolo física y moralmente. Por eso su influencia en el hijo será importante durante toda la vida de éste.

A partir de los siete años era el padre quien tomaba la responsabilidad de la educación de los hijos. Un padre enseñaba a su hijo -puer- a leer, escribir, usar las armas y cultivar la tierra, a la vez que le impartía los fundamentos de las buenas maneras, la religión, la moral y el conocimiento de la ley. El niño acompaña a su padre a todas partes: al campo, a los convites, al foro, etc.

Por su parte, la niña -puella- sigue bajo la dirección y el cuidado de su madre, que la instruye en el telar y en las labores domésticas.

El definitivo perfeccionamiento a su formación lo daba el ejército, en el que se ingresaba a la edad de 16 o 17 años. La fuerza del ejército romano residía en su disciplina: el cobarde era azotado hasta morir, el general podía decapitar a cualquiera por la menor desobediencia, a los desertores se les cortaba la mano derecha, y el rancho consistía en pan y legumbres.

En los albores, la educación de un romano, era impartida por su progenitores. Esta educación se basaba fundamentalmente en el conocimiento y  respecto de las costumbres de sus antepasados, mos maiorum, y la unidad familiar que representaba la unidad social. El cabeza de familia era el paterfamilias, era el dueño de todo y decidía quien vivía y como. La madre les enseñaban las virtudes del hombre o mujer ideal, ayudada por algún miembro mayor de la familia, aya. Las virtudes enseñadas eran: la gratuitas, que era la seriedad ante la vida; la bona fides, que era la lealtad y el valor de la palabra dada; la pietas, el respecto a los dioses...Cuando cumplían los siete años, la madre dejaba de encargarse de su educación. Si era niña, puella, la madre le enseñaba las tareas de la casa como tejer, cocinar y demás labores. Pero si era niño, puer, se encargaba de él el padre y le enseñaba a leer, escribir, los trabajos del campo, a luchar y lo educaba según la tradición. No se separaba ya del padre, lo acompañaba a cualquier lugar, hasta que cumpliera los doce años.

Era una sociedad donde la madurez se obtenía en el ejército, se castigaba la cobardía y se premiaba el valor. Se ingresaba a los 16 ó 17 años. También a esta edad se realizaba la ceremonia del cambio de túnica y la mayoría de edad; se cambiaba la túnica praetexta, por la túnica virilis. Su aprendizaje ahora se centraría en los asuntos públicos, tirucinium fori, tutelado por un protector, o la carrera militar, tirocinium militiae, para después acceder a la  política, cursus honoris.

Estudiaban todo lo relacionado con el campo, numerosos tratados de agronomía han llegado a nosotros como, De Agri Cultura de Caton, De rustica de Varron, etc. Las mujeres se dedicaron al estudio de la danza y la música.

A partir de mediados del siglo III a.e.c. entran en contacto con las colonias griegas de la península itálica y con la conquista de Grecia en el s II a.e.c. llega la revolución cultural. Poco a poco el sistema griego educativo se irá imponiendo, a pesar de la oposición tradicionalista. Aparecen los educadores, que normalmente eran prisioneros de guerra, que se hacían esclavos y a los que se les encomendaba la educación de los hijos. La enseñanza no era obligatoria, ni estaba controlada por el Estado. Nacen las escuelas públicas creadas generalmente por maestros libertos; la pasión por la cultura y las artes invaden el imperio.

A PARTIR DEL SIGLO II a. C.

A partir de los siglos III y II a. C. Roma entra en contacto con la cultura griega al conquistar la Magna Grecia. Desde entonces, la superioridad cultural griega marcará la cultura y la educación romanas. Maestros y rétores llegan como esclavos a Roma y se dedican a impartir la docencia en las casas de sus dueños e incluso abren escuelas, una vez obtenida la libertad.

La implantación del sistema educativo griego no se hace esperar. De este modo, la Roma rústica se va a convertir en portadora y transmisora del caudal humanístico griego. A partir de ahora gran número de pedagogos, gramáticos, retóricos y filósofos invaden las calles de Roma, y los romanos aceptan sus enseñanzas (aunque no sin algunas reticencias).
Esquemáticamente, la organización del sistema educativo es, pues, la siguiente:       



Nivel de estudios
Edad de los alumnos
Nombre del profesor
Planes de estudio
 
Locales
Metodología
Elemental (primario)
 7-11
(En el Imperio, para pobres había escuelas gratuitas)
 
 
Ludi magister o Litterator
Lectura, escritura, cuentas y memoriza-ciones sencillas. Ley de las Doce Tablas.
Objetivo: cultura básica y actitud cívica.
Pergulae =  azoteas o tabernae =  tiendas
 
Memorización, castigos corporales: se usa la férula (Tablilla empleada en el tratamiento de fracturas)
Medio (secundario)
 12-16
(ricos o privilegiados)
 
 
 
Grammaticus
Explicaciones de poetas griegos y romanos.
Se persigue el perfecto dominio de la lengua
Tabernae a lo largo del foro, abiertas al público
Comentario de texto total: gramática, métrica
historia
mitología,geo-grafía.
Memorización
Superior (uni-versitario)
 17-20
(alumnos que aspiran al cursus honorum -carrera política-).
 
 
 
Rhetor
Oratoria: reglas, fórmulas, dicursos, declamacio-nes.
Objetivo: formar para la elocuencia
Pórticos del foro. Desde el Imperio, el Estado facilita hermosas aulas.
 
Ejercicios prácticos: suasoriae
controversiae

 
Enseñanza primaria: 

La enseñanza primaria ocupaba a los niños desde los siete años hasta los once o doce. Esta primera enseñanza podía recibirse en casa, con profesores particulares, pero la mayoría de niños y niñas acudía a la escuela del litterator.

El niño acudía a la escuela muy temprano, acompañado del paedagogus, generalmente griego. La jornada solía ser de seis horas, con descanso a mediodía, y  un  día festivo cada nueve días -nundinae- . El curso comenzaba el mes de marzo, y había vacaciones estivales (desde julio hasta los idus -el 15- de octubre).

Las escuelas eran locales muy humildes, donde había sillas o bancos sin respaldo para los alumnos, que escribían con las tablillas apoyadas en las rodillas.

En la escuela primaria se aprendía a leer, escribir y contar, bajo una férrea disciplina que castigaba con severidad cualquier falta.

Enseñanza secundaria/media

 La enseñanza secundaria, impartida por el grammaticus, acogía a niños y niñas desde los once o doce años hasta los dieciséis o diecisiete. Se centraba en el estudio de la teoría gramatical, lectura de autores clásicos griegos y latinos y comentario de los textos leídos. A partir del comentario del texto se enseñaba a los niños geografía, mitología, métrica, física, etc.

Para ello se seguían los pasos siguientes:
a) Lectio - lectura y recitación de memoria
b) Enarratio o explicación - interpretación de palabras, conocimientos de geografía, historia, mitología,...
c) Emendatio o corrección del texto
d) Iudicium - pronunciamiento sobre el valor del autor y su clasificación como escritor entre los más importantes de Grecia y Roma.

Enseñanza superior:

Finalizada la enseñanza del grammaticus, el joven que decide dedicarse a la oratoria y a la actividad pública pasa a la escuela del profesor de retórica (rhetor), generalmente griego.
Después de una serie de ejercicios preparatorios, el alumno se ejercitaba en la declamación, en la que se distinguían dos géneros:

1. Suasoriae, discursos sobre temas históricos. Eran monólogos en los que personajes famosos de la historia valoran el pro y el contra antes de tomar una decisión.

2. Controversiae, discusiones entre dos escolares que defendían puntos de vista contrarios sobre temas judiciales muy variados.

Después del siglo III, por influencia del cristianismo y como consecuencia de la crisis económica que afecta al Imperio este sistema educativo va a cambiar significativamente.

Derechos y deberes de profesores y alumnos:

Los profesores:

Asuma ante todo un espíritu de padre con respecto a sus alumnos, y piense que está en el lugar de aquellos que le han confiado a sus hijos. No tenga él vicios, ni los tolere. No sea desagradable su actitud austera, no sea excesiva su familiaridad; no vaya a ser que nazca de la una odio y de la otra desprecio. Hable mucho de honestidad y bondad, pues cuantos más avisos dé, menos castigará. No se deje llevar nunca por la ira, pero tampoco deje pasar lo  que debe corregirse. Sea sencillo en su enseñanza, sufridor del trabajo, esté siempre cercano, pero no en exceso. Responda gustoso a los que le preguntan, a los que no le preguntan, pregúnteles de repente. En las alabanzas de las exposiciones de sus alumnos no sea tacaño, pero tampoco  exagerado, porque lo uno provoca disgusto con respecto al trabajo, lo otro autosuficiencia. Al corregir lo que debe, no sea duro, y mucho menos, amenazador, pues a muchos les aleja del propósito de estudiar el que algunos les repriman como si les odiasen. Diga alguna vez, es más, muchas, y diariamente, constantes ejemplos sacados de la lección para su imitación, sin embargo, según se dice, la viva voz alimenta mucho más y, sobre todo, la del maestro al que sus discípulos, si están bien educados, aman tanto vomo veneran. No se puede decir cuánto más gustosamente imitamos  a quienes apreciamos.

Los alumnos:

Después de hablar bastante de los deberes de los maestros, a los discípulos, entretanto, sólo les recomiendo esto: que amen a sus maestros no menos que a los mismos estudios, y crean que son sus padres, no físicamente hablando, sino en el plano intelectual. Este deber hacia el maestro ayudará mucho al estudio, pues los escucharán mejor y creerán en sus palabras, y desearán vivamente parecerse a ellos. Finalmente vendrán contentos y entusiasmados a las reuniones de las escuelas, no se enfadarán cuando se les corrija, se  alegrarán cuando se les alabe, y se dedicarán al estudio para ser los más queridos. Pues así como el deber de  aquéllos es enseñar, el deber de éstos es mostrarse dóciles. De lo contrario, una cosa no sirve sin la otra. Y así como  el hombre nace de la unión de uno y otro progenitor, y en  vano se esparce la semilla si no la calienta el surco bien  mullido, de la misma manera, la elocuencia no puede desarrollarse si no existe la concordia asociada del que transmite y del que recibe.


La esencia de la educación de la antigua Roma

La Roma antigua tomó elementos de la vida oriental y griega, creando un sistema educativo reconocido por la Historia y que influyó en el mundo occidental.

Uno de los días más importantes del año escolar romano era el 19 de marzo, cuando se celebraban festivales y procesiones en honor a Minerva, la patrona del aprendizaje y las artes. Los cinco días posteriores eran festivos y no se trabajaba, y también se aprovechaban para que los padres matricularan a los jóvenes en las escuelas. Unas escuelas que comenzaban su temporada el 24 de marzo.

La educación romana tomaba de otras culturas

Sobre el año 200 antes de Cristo, el sistema educativo desarrollado por el Imperio romano se diferenciaba del tradicional griego. Sin embargo, los romanos copiaron muchos métodos de enseñanza y actividades del sistema de Grecia.

La educación romana se basaba mayormente en el estudio de la literatura latina y griega y la intención principal era que los alumnos se formaran en el arte de la oratoria.

La educación total del niño

La relevancia de la educación romana es ciertamente destacable y sus principios en lo que respecta a las relaciones humanas y de aprendizaje alcanzan mucho más que la educación estándar de la época actual. La palabra latina educatio no se refería al progreso intelectual ni a la escuela (o por lo menos a la idea de escuela que se tiene ahora) sino a la "crianza" saludable (física y mental) del niño/a y a su comportamiento.

Una persona que era bene educatus no se refería, necesariamente, a alguien "bien educado" en el sentido que se la en nuestros días (erudito) sino de una persona "bien criada". Los profesores y padres romanos estaban tan interesados en la conducta y el carácter del niño/a como de la adquisición de cultura.

La educación romana tenía tres etapas: la instrucción primaria, lectura y literatura (la secundaria) y las clases de retórica. Estas fases no estaban dirigidas a todo el mundo o, mejor dicho, no estaban dirigidas a aquellos que no dispusieran de una buena situación económica, porque la escuela romana no era gratis.

Primero educar en casa

Los que podían permitirse enviar a sus hijos al colegio, primero tenían que educarles en casa. En la Roma antigua el tipo de educación que se le daba a los dos sexos era diferente la una de la otra.

El padre, si sabía leer y escribir, enseñaba al niño en el hogar; lo iniciaba en la ley romana, la historia, las costumbres, y en el entrenamiento físico que le ayudara a combatir en guerras. El respeto por los dioses, por las leyes, y el saber obedecer a la autoridad eran las lecciones más importantes y valoradas por la sociedad de entonces. Las niñas eran aleccionadas por sus madres, y aprendían a tejer y a coser; una educación sexista, eso sí, que continuó en siglos posteriores.

Los niveles de la educación romana

Una vez que los niños y niñas tenían el permiso de los padres y alcanzaban los 6 o 7 años ya estaban preparados para comenzar la enseñanza primaria del sistema educativo romano. En esa primera etapa, todos los alumnos profundizaban en la lectura, la escritura y el cálculo. Aprendían los números romanos y recitaban las lecciones que tenían que memorizar. A los 12 o 13 años, los estudiantes daban un paso más y pasaban a la fase de secundaria, donde estudiaban latín, griego, gramática y literatura.

A los 16 años de edad, los que quisieran, podían especializarse en la retórica, lo cual les convertía en expertos en hablar en público. Esto último era uno de los elementos más importantes de la educación, y lo que permitía alcanzar puestos muy importantes en los juzgados.

Los niños de las escuelas romanas no eran perfectos

Todo lo anterior no quiere decir que las conductas de los estudiantes romanos fueran totalmente ejemplares. El ser humano no es perfecto y los jóvenes son jóvenes. Tal y como comenta el experto en cultura clásica y catedrático Stanley Bonner, "fuera de los colegios, los chicos tenían sus propias bandas en tiempos de disturbios políticos, y bandas enemigas se enfrentaban en las calles. Incluso en las clases de retórica, los alumnos provocaban a los profesores y llevaban conductas agresivas".

A pesar de lo anterior, el sistema educativo invitaba a sus alumnos a pensar de forma crítica, a razonar, a integrarse y a contribuir a la sociedad. El reto era crear buenos ciudadanos.

Roma: la educación (En resumen…)

La educación de los niños comenzaba a los siete años. Hasta esa edad permanecían bajo el cuidado de la madre o de niñeras entreteniéndose con juegos, algunos en uso hoy todavía, como aros, peonzas, dados, tabas, rayuela, etc.

Un día de colegio en Roma

¿Siempre fue igual la educación en Roma?
 Hasta el s. III a.C. los padres se hacían cargo de la educación de sus hijos. Les enseñaban a comportarse en sociedad y los valores de los romanos primitivos (austeridad, respeto a los padres, a la ley, etc...).
La situación cambió a finales del s. III a.C., cuando la mayor complejidad dentro de la sociedad obligó a los romanos a establecer un sistema educativo. El modelo elegido fue el griego, basado en escuelas en las que se enseñaba de forma sistemática y escalonada, lectura, escritura, cálculo, comentario de textos y oratoria, filosofía y derecho.

¿Cuánto tiempo pasaban los niños en la escuela? ¿Había vacaciones?

El horario escolar era agotador, se prolongaba desde el alba hasta la tarde, con una breve interrupción para el almuerzo y se descansaba únicamente un día a la semana.
En compensación había largos periodos vacacionales en verano, diciembre y marzo.
El material escolar para escribir consistía en un rollo de papiro, libri, en los que se escribía con una caña afilada calamus o una pluma y tinta negra, y las tablillas de cera en las que se escribía con un punzón, stilus.

¿Quién pagaba la escuela?
Los niños cuando cumplían los siete años comenzaban su educación en escuelas costeadas por los padres, excepto los hijos de las familias más ricas que no enviaban sus hijos a la escuela sino que contrataban a un preceptor.


Como la educación no era gratuita, únicamente podían acceder a ella los hijos de los ricos, hasta que  en el s. II d.C. el emperador Adriano estableció un sistema de ayudas que permitió extender la enseñanza entre los grupos menos favorecidos.

 Destaca:

Manejo de leyes.
La superioridad cultural griega marcará la cultura y educación romana.
Educación en casa.
Nivel educativo: elemental, secundario y superior.
Lectura, gramática, dominio de la lengua, métrica, historia, oratoria, matemáticas.
 Modelo de ciudadano:
Guerreros.
Políticos.
Democráticos.
Grupos de ciudadanos para servir (Guerreros) y para expandir la cultura (Políticos).

2 comentarios:

  1. buen material, podría ayudarme con un pequeño drama sobre este tema

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  2. Muy comprensible. Me sirvió de gran ayuda.

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